Walter Ordóñez
En estos días he venido leyendo y viendo una serie de noticias y eventos, todos de clase política y electoral, eventos algunos comunes y otros hasta increíbles que escapan muchas veces a mi comprensión de lo real.
Resalto el comentario que hiciera una conocida periodista al presentar una noticia política que no tenía nada que envidiarle al mejor sketch del mejor de los programas cómicos, cuando dijo: “Vaya, Y pensar que esto aún comienza”. Y es que así está la cosa señores.
Dada la actual coyuntura, resulta asqueante el ver como se está manejando la política actual nacional, y mucho peor aún hasta vergonzosa la forma en la que se toman los decisiones o los criterios electorales que se tienen en el país, si comparamos nuestra realidad política con la de otros países, conscientes en su mayoría de la importancia de otorgar su voto a alguien digno.
Lamentablemente, en mi opinión, creo que la “Cosa Política” en nuestro país se ha convertido en un digno nido de ratas, SALVO MUY POCAS E INCREIBLES EXCEPCIONES que son vistas como pequeños trocitos de queso al que las regordetas ratas terminan devorando con increíble sagacidad. Pero lo más increíble aún, es ver como gente que “supone ser” representativa de nuestros pueblos tiene la sangre suficiente, y el exceso de calcio en los huesos (por no mencionar otro adjetivo), para querer enquistarse en puestos a los que obviamente ya tomaron gusto.
Me resulta repugnante, el ver como las regordetas ratas buscan el medio o el hoyo para poder subsistir y perpetuarse en lo que ellos mismos han transformado en sus madrigueras, o ver como existen cambios radicales de conciencia, de pareceres, de principios si es que alguna vez los tuvieron, y cambios de todo aquello que puedan cambiar; sino hasta el alma, que haga posible su continuidad, si no es que su retorno, al madrigal que ellos mismos construyeron y del que gozan otros ahora.
Más indignante aún es ver cómo se aprovechan, como siempre, de la situación de condición humilde en sus pueblos, como gente que probablemente no tenga ni acceso a este medio de prensa escrito, o que probablemente, piense que “Don Rata es buena gente”, porque en su campaña les regaló un polo con su nombre y rostro, o piensen que “Don Rata es del Pueblo” porque aunque no sabe bailar, sabe hacer el ridículo moviéndose cual malagua, con el perdón de estas babosas criaturas, al compás de cualquier ritmo tropical. Felizmente, la ratonil campaña no llegará a diciembre, sino sería muy probable que estos roedores, al mejor estilo de la Cenicienta, se transformen en una especie de Papá Noeles Cholos y empiecen a regalar desde panetones hasta canastas de navidad, y jugar con el hambre y necesidad de nuestros niños para poder asegurar la madriguera por cuatro años más porque ”Don Rata regala”.
Dicen que cada pueblo merece lo que tiene, pero creo que en este caso, el Perú en general no merece la clase política que está proliferando en este tiempo. Es tan indignante el ver como desde que tengo uso de razón y hasta la actualidad, sigo viendo en los medios los mismos rostros de enormes roedores regordetes algunos con canas ya y otros con mas arrugas en el rostro sin contar las que tienen con otros seres de su misma condición, queriendo regresar unos y queriendo mutar otros, al mismo estilo de un “Hombre X”, a células cancerígenas para enquistarse como enormes y dañinos tumores malignos en el gobierno.
Lo peor de todo es que muchos de nosotros nos hemos acostumbrado tanto a esta suerte de roedores, que muchas veces preferimos ser “masoquistas”, y dejar que nuestras queridas y regordetas ratas ingresen o continúen una vez más en el gobierno. Hemos llegado a un nivel de auto abandono moral tal que muchas veces he oído decir: “Don Rata roba pero hace obras”. Si se lanza, votaré por el otra vez.
Debo destacar y repetir que afortunadamente existen nobles excepciones, además de apreciar mucho el nacimiento de nuevos líderes políticos, y me refiero a los no roedores, que intentan ser una nueva alternativa en toda esta suerte de ambiente circense-ratonil-electoral. Mis congratulaciones y mi entero apoyo por intentar cambiar las cosas para bien. Mis disculpas también para las ratas, pequeños roedores que a diferencia de sus símiles humanos, no decidieron comenzar, llevar y mantener la vida “digna” que actualmente llevan.
A la ciudadanía en general, que espero llegue a leer esta opinión personal, la recomendación final, será tener cuidado, pues la peste de los roedores que hemos creado está perenne entre nosotros, y cada 4 años se agudiza en una suerte de peste electoral y sin cura a la vista que la detenga.
NUNCA OLVIDE que quienes tenemos la cura para esta execrable pandemia ratonil somos nosotros mismos a través del voto consciente. Manténgase informado, tome conciencia, y la próxima vez que le entreguen un polito pintoresco, que le ofrezcan pajaritos, que lea estrafalarios papelitos, o que le bailen como malagua en un estrado, pregúntese si esa persona es digna de ser representante de su pueblo, de su ciudad o de su nación. Si su respuesta es Sí, felicidades ya tiene candidato, si su respuesta es NO, felicidades ha recuperado su razón.
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