jueves, 19 de abril de 2012

Opinión‏-TODAVIA RECUERDO

Humilde Palabra
Todavía Recuerdo
Por: Víctor Gómez Ruiz vagopoeta@hotmail.com

Aquella mañana del 19 de abril ingresaba, estudiante aún, al ISP “David Sánchez Infante” en san Pedro de Lloc, bordeaba las 8 de la mañana, mañana serene y fresca; me sorprende el señor Villareal, hombre humilde y trabajador: “han matado a don Virgilio” dice apenado y sorprendido todavía; un enorme temblor recorre mi cuerpo, por un momento no sabía dónde ir ni qué hacer. Posterior al marasmo y algo más sereno procedí a verificar la total certeza de la información, resultado, la cruenta noticia era verdad y el dolor recorría el valle Jequetepeque como una mancha de lava oscura y pesada.

Un grupo de compañeros apristas nos trasladamos a Chepén, no deseábamos estar ausentes de los acontecimientos posteriores y la solidaridad era una obligación para con los hijos y familiares del decano de los alcaldes del Perú. Los detalles del asesinato eran contados de una y otra manera, lo cierto es que el cómo fue y el quién lo hizo nos importaba muy poco en ese momento, nuestra impotencia y rabia eran desahogadas con los lemas apristas: “¡Cuando un aprista muere, nunca muere!” “¡Virgilio no ha muerto, vive con su pueblo!” …

La noche empezó a tender su manto de oscuridad y el féretro de nuestro mártir debía viajar de Chepén a San Pedro de Lloc, fue entonces cuando, en medio del dolor y la depresión, las luces de los mecheros, las columnas de hombres y mujeres apostados en la berma de la panamericana, el llanto del pueblo nos hizo comprender mucho más la magnitud de la pérdida que acusábamos.

Es indudable que hay hombres como Virgilio Purizaga Aznarán que fueron predestinados para conducir a los pueblos, y en esa conducción encuentran el camino para llegar hasta el corazón de las personas ¡Y de allí no se marchan jamás! constituyendo ese pacto tácito e indeleble la partida de nacimiento para la eternidad. Quienes asesinaron a don Virgilio seguramente no calcularon que aquel acto salvaje e innoble significaría la inmortalidad de nuestro maestro, probablemente si hubieran intuido esto no le hubieran quitado la vida. Esa cruenta expresión de la insanía de algunos seres humanos nos negó la posibilidad de gozar de su ínclita figura por algún tiempo más.

Los doctrinariamente apristas hemos aprendido que el perdón es una necesidad para la convivencia pacífica entre compatriotas, y la contribución del PAP con la finalidad de conservar la democracia así como fortalecer la república ha tenido en el perdón uno de sus pilares fundamentales. Los apristas desde siempre hemos sido perseguidos, encarcelados, asesinados, deportados, proscritos. etc.; y tiempo después hemos tenido la capacidad de sentarnos junto a nuestros verdugos para dialogar y encontrar solución a los graves problemas de la nación. Estoy seguro que desde la dimensión desconocida el maestro Virgilio Purizaga ya perdonó; pero no deja de pedir, adyacente a su redención, que los apristas sigamos trabajando por los intereses de las grandes mayorías, probablemente sus plegarias mayores sean
por la educación y por la elevación del nivel cultural del pueblo ¡Ese fue siempre su gran sueño! No lo defraudemos. Descanse en paz Maestro Virgilio Purizaga ¡Loa eterna a ti!

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