miércoles, 10 de febrero de 2010

“Aparición de la Virgen de Lourdes es una invitación para creer en Dios”

ESTE 11 DE FEBRERO SE RECUERDA MILAGRO


Lima.- Mientras miles de personas se congregan estos días en el Santuario de Lourdes, en la localidad francesa de Massabielle, para recordar el 11 de febrero la primera aparición de la Virgen María a la niña Bernadette Soubirous, los católicos del Perú también recuerdan este milagro sobrenatural.
El director del Archivo San Francisco de Lima, fray Abel Pacheco, comentó que el misterio de la Virgen de Lourdes es una invitación a reavivar la fe en Dios, y a la vez irradia el amor maternal de María para con la Iglesia y los creyentes, como intercesora de los pecadores ante su hijo Cristo Jesús. Es también una prueba del dogma de la inmaculada concepción de Jesús.
En Lima existe la Capilla de la Virgen de Lourdes en la cuadra 13 de la Av. Nicolás de Piérola, donde hay una réplica de la gruta con imagen de Nuestra Señora de Lourdes.
Como se conoce, el 11 de febrero de 1858, la Virgen María se le apareció por primera vez a Bernadette Soubirous, una niña de catorce años mientras buscaba leña acompañada de su hermana y una amiga. Desde aquella fecha hasta el hasta el 16 de julio de ese, Bernadette vio en 18 ocasiones a la Virgen María en la gruta de Massabielle, al occidente de Lourdes en la zonas de los Pirineos.

El testimonio de Bernadette
Ella misma ha referido lo que vio: “Alcé los ojos, miré hacia el hueco de la peña y vi que se movía un rosal silvestre que había en la entrada, pero no los rosales de al lado. Vi un resplandor, y enseguida apareció una mujer hermosa, la cual me saludó inclinando la cabeza. Retrocedí asustada; quise llamar a mis compañeras y no pude. Creyendo engañarme, me restregué los ojos, pero al abrirlos de nuevo vi que la aparición me sonreía y me hacía señas de que me acercase. Yo no me atrevía, y no porque tuviese miedo, pues el miedo nos hace huir, y yo me hubiera quedado mirándola toda la vida”. Luego de la aparición, Bernardita empezó a rezar el rosario.
Ante la repetida petición de la jovencita de que ésta revelara su nombre, la Señora dijo "Que soy era Immaculada Councepciou", (yo soy la Inmaculada Concepción), dogma católico que había sido solemnemente proclamado el 8 de diciembre de 1854, apenas tres años antes por el papa Pío IX.
En las sucesivas apariciones, el mensaje fue tomando cuerpo: invitación a la Penitencia y a la oración por los pecadores (21 de febrero); invitación a vivir una pobreza más evangélica.
Según los datos históricos, el 25 de febrero de aquel año Bernadette excavó en la roca y descubrió la fuente de agua que se convirtió en un manantial cuyas aguas desembocan hoy en el río Gave. Un ciego lavó sus ojos y al instante recobró la vista y muchas personas aseguran haber sido sanadas con esta agua.

El santuario de Nuestra Señora de Lourdes
El 2 de marzo, la joven Bernadette recibió de la Virgen la solicitud de que le fuera erigida allí una capilla. Con el tiempo se levantó una basílica, la cual ahora es actualmente el epicentro de una de las mayores peregrinaciones católicas en el mundo, como las de San Pedro en Roma, Santiago de Compostela en España, Guadalupe en México y Jerusalén en Israel. Es además el escenario de nuevos milagros, especialmente curaciones, por lo que ha ido ganando millones de adeptos.
A los 22 años de edad, Bernadette ingresó como religiosa en el Convento de las Hermanas de la Caridad de Nevers, y allí falleció el 16 de abril de 1879. Años más tarde, el 18 de enero de 1862, tras una serie de investigaciones y deliberaciones, la Iglesia Católica aprobó las apariciones, tomando en cuenta la vida de Bernadette y el contenido del mensaje transmitido por la Señora. Desde entonces los diversos pontífices han apoyado de varias formas la devoción y la peregrinación al santuario. El Papa Pío X extendió la celebración de la memoria a toda la Iglesia y el Papa Pío XI canonizó a Bernadette el 8 de diciembre de 1933. Ella es la patrona de los enfermos, personas ridiculizadas por su piedad, pobres, las pastoras y pastores.
El calendario católico celebra la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes el día de la primera aparición, es decir, cada 11 de febrero. Cabe señalar que los papas Juan XIII en 1958, Juan Pablo II en 1983 y Benedicto XVI en el 2008 fueron en peregrinación Lourdes al conmemorarse los 100 y 150 años de las apariciones.
Del mismo modo, la imagen de la Virgen de Lourdes que los fieles católicos veneran sigue la descripción que Bernadette hiciera de la Señora: joven, vestida de blanco con un cinto de color azul que le cae por el frente, con las manos juntas en expresión orante, con un rosario colgándole del brazo y una rosa dorada en cada pie.

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