Estoy viendo en directo la apertura del Año de la Fe. Una procesión, seguida de la Santa Misa que abre el solemne acto. No es casualidad que el Espíritu Santo haya movido a SS Benedicto XVI a convocar este acontecimiento, que está comenzando en este momento.
Nos convoca a todos los católicos a revitalizar a Fe que, por desgracia para la Humanidad, se está perdiendo o se ha perdido en muchos sectores de gente que la tuvieron y ahora queda , si acaso, una vivencia débil por haber ignorado la presencia de Dios.
Hay que vivir la Fe y trasmitirla, que puede comportar un cambio en la manera de vivir la vida. Vivir en el mundo sin ser mundanos. Tenemos que poner la lectura del Evangelio en medio del mundo. Diciendo y haciendo al vivir una fe operativa, para que sea viva.
Dios nos pide un cambio, un recomenzar en cada momento sin esperar a mañana. El hoy y ahora nos está llamando a una reconversión continua. Aunque los pecados se levanten como un muro impenetrable que impida caminar. Continuar con la confianza de que Dios ha vencido al mundo y sus insidias.
El Hombre-Dios, ha vencido al mundo y nos ha dejado los medios para reconciliarnos con Él y para alimentarnos. Es rico en misericordia y nos ama entrañablemente, con la dulzura y la fortaleza de una madre y de un padre, y nos espera siempre saliendo a nuestro encuentro. Nos habla y nos comunica la alegría que es fruto de la consecución del Amor infinito que no sacia. Poseerlo y saberse querido por lo que somos, poder saborear con su unión el anticipo de tenerle eternamente. Para siempre en una eternidad en felicidad.
Hoy y ahora, un comienzo junto al Eterno. Como oí decir, con palabras más acertadas que las mías. Acoger la novedad en continuidad.
Fdo. Alfredo Hernández Sacristán DNI 62.129 (Jerez)
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