miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿LES IMPORTARÁ SABER A LOS JÓVENES QUE LA CONSTITUCIÓN DEL 79 TIENE UNA IMAGEN FALSA Y MITIFICADA?

Actualmente en el Perú se vive una discusión sobre la CONSTITUCIÓN. Aunque a veces vale decir que esta discusión es ociosa, debido a que mientras se dice que la del 93 es inconstitucional porque nació en una dictadura, hoy por hoy no nos queda más que basarnos bajo este marco de leyes.

Incluso hasta nuestro actual Presidente juró por la Constitución del 79, confundiendo un poco más al poblador de a pie, que se preguntará cual de las dos constituciones es la legal.
Revisando un poco de historia me doy con varias sorpresas que apuntan a una Constitución del 79 con una imagen falsa, sobrevaluada y mitificada.
En primer lugar resulta un tanto insólito hablar de la “legalidad” de una Constitución. No existe una supralegalidad bajo la cual pueda juzgarse la legalidad de una Constitución. Las Constituciones tienen, cada una, su propia realidad y forma de nacer. Solo basta que se ponga en vigor y empiece a regir para que sea válida. No hay otro criterio de legalidad.
Si muchos dicen que la Constitución del 93 nació en una dictadura, es importante aclarar que la Constitución del 79 también nació en una dictadura. Fue la imposición de la dictadura militar que convocó a la Asamblea Constituyente con el expreso mandato de “consagrar los cambios revolucionarios”.
En efecto, al ser convocada la “Asamblea Constituyente” que debía redactarla, a sus miembros les fue impuesta una condición: o incorporaban a la nueva Constitución las reformas socioeconómicas de la dictadura velasquista —o sea, refrendaban el despojo y el colectivismo de inspiración marxista perpetrados por ésta— ¡o el gobierno clausuraría manu militari la Asamblea!
Fue el propio Jefe de Estado, Gral. Francisco Morales Bermúdez, quien en conferencia de prensa televisada (29-12-1977) formuló descaradamente esa exigencia. Sostuvo que el país vivía tan sólo una "transferencia de gobierno, no de poder. En este momento el poder lo tiene la Fuerza Armada...". Y añadió: "Si la Constituyente no reafirma las reformas estructurales”, entonces “ el Gobierno de facto, que es este Gobierno, anula pues la Asamblea y se acabó toda la historia. (...) Porque si no hay reforma, se anula el proceso y sigue pues el Gobierno Militar, conmigo o con otra persona. Ésa es la verdad, ésa es la verdad". Sostuvo enfáticamente.
Con ello ratificaba el Decreto Ley No. 21949 (4-10-1977) que convocó a aquella Constituyente, y que en su Art. 2 señalaba como “exclusiva finalidad” de la misma redactar “la nueva Constitución Política del Estado, la que contendrá esencialmente, entre otras, las disposiciones que institucionalicen las transformaciones estructurales que viene llevando a cabo el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada”
En el caso de representatividad de parte de los partidos políticos en aquella “Asamblea Constituyente” para dar luz a la Constitución del 79, es cuestionable, puesto que Acción Popular, democráticamente se negó a participar, porque no aceptó las exigencias de un gobierno dictatorial. Al año siguiente, es decir en las elecciones de 1980, AP ganó las
elecciones generales llevando una contundente mayoría propia a la Cámara de Diputados y a la de Senadores. Eso quiere decir que al no participar de la “Asamblea Constituyente” un partido tan importante como AP, dicha Asamblea tenía una representación mermada. Este no fue el caso de la Constitución del 93, donde hubo mayor representatividad de los partidos políticos.
Otro detalle es que la Constitución del 79 no fue “aprobada” por el pueblo al no ser sometida a referendum, cosa que sí se hizo con la Constitución del 93, por tanto, teóricamente esta es aún más “legítima”, o por lo menos cuenta con dicha formalidad.
En cuanto a cual es la mejor, si la del 79 o la del 93, esa también es otro punto discutible, porque las constituciones responden a su época y a su espacio. No hay mejores constituciones. Lo que podemos hacer es ver sus resultados en la vida real del país. Una Constitución es el marco legal de la vida política, económica y social de un país, de modo que es en buena parte responsable de su éxito o fracaso como nación.
Es importante señalar también que la Constitución del 79 refleja en su texto negociados llevados a cabo, tanto por el Gobierno Militar como por el APRA, la izquierda y el PPC. Se dice que más en pensar en un país pugnaron por plasmar sus ideologías en el texto constitucional. En los hechos no nos fue nada bien bajo esa Constitución, porque además de la aparición del terrorismo, sufrimos las peores penurias económicas.
Un dato histórico es que la gente de la Izquierda que tanto avala actualmente la Constitución del 79, en su momento repudiaron y se negaron a firmar.
El caso fue que el gobierno militar recibió la autógrafa de la Constitución y el general Morales Bermúdez tuvo la desfachatez de “observar” algunos artículos transitorios. La respuesta de la “Asamblea Constituyente” fue reiterar la Constitución tal como estaba. En esta “respuesta” al gobierno es que firma la izquierda. Es decir, firma un acto de repudio a la pretensión del gobierno. Pero la Constitución nunca la firmaron.
Leí en una entrevista a un máximo líder de la izquierda que señalaba que al final ellos “si habían firmado”, pero lo que no quieren reconocer es que en realidad firmaron una carta de repudio a las pretensiones del Gobierno Militar de tachar algunos artículos, más no el texto en si de la Constitución que en primera instancia se aprueba.
Nota: Lo que pretende el presente artículo es refrescar la memoria de los acontecimientos históricos que sucedieron sobre la Constitución del 79, y no abrir el debate sobre cual de las Constituciones es la que debe de regir. Los jóvenes debemos saber la verdad sustentada y no que nos cuenten cuentos.
KIKO CASTILLO FLORIAN
Director Ejecutivo de la ONG Instituto para el Desarrollo Tomás Lafora-Guadalupe.

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