La Federación Internacional de Periodistas (FIP) y su organización regional, la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC) condena con toda firmeza los ataques sufridos por los periodistas, así como el cierre y militarización de medios en Honduras. Estas violaciones flagrantes de la libertad de prensa y expresión son consecuencia directa del golpe de Estado contra el presidente constitucional Manuel Zelaya, quien fue sacado por la fuerza de su residencia y expulsado del país.
"Los que han asumido el poder en Honduras se enfrentan a un aislamiento internacional unánime", ha declarado Paco Audije, Secretario General Adjunto de la FIP, quien ha añadido: "Y una de las repercusiones más inmediatas ha sido su fallido intento de acabar con el pluralismo y silenciar a los periodistas. No lo permitiremos, porque precisamente en las horas dramáticas que vive la sociedad hondureña su labor es más necesaria que nunca".
La FIP y la FEPALC consideran de extrema gravedad los cierres y ataques a informadores y medios. Las dos organizaciones saludan el coraje de los compañeros del Canal 36 de televisión, quienes mantuvieron la emisión tras la llegada de los militares a las cinco de la mañana y sólo escaparon cuando éstos regresaron. Los militares rompieron entonces las instalaciones, golpearon al único periodista que encontraron y retuvieron durante dos horas al personal administrativo.
También se han podido constatar la clausura total o temporal de emisoras como Radio Globo, el Canal 66 Maya TV, el Canal 11 y Radio Progreso. Varias operadoras de cable, entre otras Cable Color, se vieron afectadas por interferencias, para evitar que emitieran la señal de CNN en español y Canal Sur de Venezuela. Los corresponsales de esta emisora y de la agencia AP fueron detenidos, aunque al parecer han sido liberados posteriormente. Periodistas de los diarios El Tiempo, La Tribuna y El Heraldo han sido agredidos.
"Los autores del golpe han fracasado al tratar de provocar un vacío informativo de los medios críticos", ha señalado Gregorio Salazar, Director de la oficina de la FIP en Caracas. Salazar ha hecho un llamado "a quienes han asumido el control del gobierno en Honduras para que respeten los derechos humanos y contribuyan a una pronta salida institucional de la crisis".
La FIP y la FEPALC se mantienen alerta para apoyar a sus colegas en Honduras, así como para que esa cooperación contribuya a devolver a Honduras a la senda constitucional y al mantenimiento pleno de las libertades de prensa y expresión.
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La FIP representa a unos 600.000 periodistas en 123 países
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