martes, 6 de marzo de 2012

NOTA DE PRENSA

CENTRO EMERGENCIA MUJER

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora (o también Día Internacional de la Mujer) se celebra el día 8 de marzo y está reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En este día se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona.
Se celebró por primera vez (el 19 de marzo) en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de un millón de personas, que exigieron para las mujeres el derecho de voto y el de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
El (8 de marzo) es una fecha que celebran los grupos femeninos en todo el mundo. y es fiesta nacional en muchos países. Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, se unen para celebrar su día, pueden contemplar una tradición de no menos de cien años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.
La fecha se escogió, como se sabe, para recordar la inmolación a la que fueron sometidas más de 100 trabajadoras de una planta textil en Nueva York, a comienzos del siglo XX, cuando el dueño las encerró y les prendió fuego porque reclamaban derechos laborales.
Yo aprecio la valentía y la constancia de las mujeres que han asumido una labor de liderazgo en la defensa de nuestros derechos. Pero hay que insistir con rigor en que el 8 de marzo no es una fiesta, para convertirla en una ocasión más para los agasajos, las flores, los detallitos y las zalamerías donde prima el galanteo hacia la mujer, que no es más como se dice literalmente paños de agua tibia, pasa la fiesta y como quien dice “vuelve el pobre a su pobreza” vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas…”. Es decir, olvidamos el tema, y otras noticias ocupan las primeras planas. Por lo tanto no hay que perder la vista que el 8 de Marzo es una ocasión para la reflexión, para pensar sobre cómo las mujeres han sido sometidas culturalmente, invisibilizadas, relegadas a espacios cada vez más estrechos y despojadas de su autonomía. En este contexto en el marco de las celebraciones por el día Internacional de la Mujer el Centro Emergencia Mujer Chepén, en coordinación con los diferentes actores sociales de la comunidad ha elaborado un programa de actividades educativas con la finalidad de homenajear a las mujeres de nuestra localidad por el “Día Internacional de la Mujer” las que se ejecutaran en el transcurso del mes de marzo.


Rosa Monteza Roalcaba



EDITORIAL
X100EMPRE MUJER
Me encanta ser mujer; pero serlo no siempre me ha resultado fácil. No me ha resultado fácil a mí ni a millones de mujeres en el planeta. ¿Por qué? Porque vivimos en un mundo construido por y para los hombres.
De puertas para afuera el mundo está impregnado de un machismo que se refleja en el lenguaje y en los íconos de los medios masivos de comunicación; un machismo que muchas veces está avalado por las propias mujeres que crecieron sin conocer su potencial como seres humanos o que viven oprimidas hasta unos niveles inimaginables.
Podría decir que soy una de las menos indicadas para afirmar esto. Si miro mi situación dentro del contexto que crecí, soy una mujer privilegiada. Soy profesional, crecí en un medio de un hogar estructurado, en el cual la violencia física no era el parámetro, nadie se puso en la tarea de convencerme de que mi lugar estaba en la cocina o de que, por ser mujer que trabaja, estaba condenada a una doble jornada: la de profesional de día y ama de casa el resto del tiempo; no me ha tocado padecer la situación de tantas mujeres de hoy, que al llegar a casa encuentran un esposo que, luego de haber trabajado las mismas horas que ellas, están aplastados en una silla viendo televisión, y que se sienten con el derecho a que se les atiendan.
No soporto los hombres machistas; pero tampoco me identifico como feminista. Eso sí, respeto profundamente al feminismo y a las mujeres que se definen como tales y a las que han emprendido acciones para ganar batallas en defensa de la mujer. Yo aquí quiero aportar humildemente un grano de arena al debate.
Crecí con la profunda convicción de que debería ser independiente y autosuficiente económicamente. Me formé en una familia donde hay mayoría de mujeres y todas tenemos actitud guerrera frente a la vida. Me gustan los hombres que me aman como mujer, pero que tienen suficiente madurez emocional como para reconocerme como una compañera para la vida
Sin embargo con mucho pesar debo informar que hay muchos lugares en el mundo donde las mujeres están condenadas a gastarse la vida encerradas entre cuatro paredes; donde son ultrajadas y maltratadas emocional y físicamente, hasta llegar inclusive a sufrir mutilaciones o a morir asesinadas.
¡Eso es horroroso!; pero es real. Está cerca de mí y se extiende por todo el globo. Considerando esta crudísima realidad, el respeto por la mujer debería mantenerse como un asunto prioritario en la agenda de los organismos internacionales, nacionales y locales. Una prioridad soportada en el esfuerzo vigoroso para lograr un cambio cultural.

Rosa Monteza Roalcaba

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