En enero de este año el profesor Julio Panta Mesones, docente de la UNT de la Escuela de Metalúrgica, fue reconocido por la Universidad Oviedo de España y le concedieron el “Premio Extraordinario de Doctorado”, además de la Medalla de Honor de la reconocida Universidad.
El profesor Panta, en el año 2002 fue seleccionado por la Universidad de Oviedo, gracias al Convenio Internacional que tiene la UNT tiene con dicha universidad, para hacer un estancia de tres meses en España, pero se integró a un proyecto e inició su doctorado, por el que se quedó cinco años en España.
Después de dos años de haber sustentado su tesis doctoral denominada “Caracterización de aceros bainíticos y multifase obtenidos por laminación en caliente. Modificación de sus propiedades mecánicas mediante tratamiento térmico” (2007), a principios de este año fue reconocida como una de las mejores con el Premio Extraordinario de Doctorado.
El proyecto se trata de un desarrollador de nuevo acero que generalmente se usa en la industria automotriz, pero esta vez, la propuesta fue que fuera utilizado para equipos pesados, llámese grúas, tractores, etc. Es un acero de alta resistencia denominado Dual Phase (DP), por explicarlo en los términos más sencillos.
Esta propuesta la asumió la empresa Aceralia de España, un similar en el Perú sería Sider, para que pudieran desarrollarla, y el financiamiento lo puso Caterpillar.
Panta es un docente muy activo dentro de su Facultad y ante la pregunta de a qué está abocado actualmente después de este reconocimiento tan importante, explica que viene impulsando el equipamiento de Laboratorio de Procesamiento de Metales, y a la fecha se ha agenciado de un horno de tratamiento térmico, equipo para ensayo de dureza.
El docente tiene la ambiciosa misión de montar un verdadero laboratorio; pues si alguna empresa del medio quisiera desarrollar el mismo acero con que algunas empresas españolas ya cuentan, la universidad no estaría en condiciones de hacerlo, pues existe el conocimiento, más no el equipo.
Además de lo que viene gestionando, también se ha realizado el contacto con Aceros de Perú (Acepesac) y Soldexsa, para mantener el vínculo universidad-empresa.
“Los estudiantes tienen inquietud sobre estas investigaciones, pero falta conocimiento del tema y medios de equipamiento adecuado”, comenta el profesor, además, dice convencido de que los proyectos sirven y se deben utilizar proyectados a la sociedad, esa es su misión.
“Deben solucionar algún problema técnico o científico, sino no sirven de nada, podríamos quemar un biblioteca de tesis y no pasaría nada si es que esas tesis no han sido pensadas para crear conocimiento o servir a la sociedad”, sentenció el flamante doctor.
El profesor Panta, en el año 2002 fue seleccionado por la Universidad de Oviedo, gracias al Convenio Internacional que tiene la UNT tiene con dicha universidad, para hacer un estancia de tres meses en España, pero se integró a un proyecto e inició su doctorado, por el que se quedó cinco años en España.
Después de dos años de haber sustentado su tesis doctoral denominada “Caracterización de aceros bainíticos y multifase obtenidos por laminación en caliente. Modificación de sus propiedades mecánicas mediante tratamiento térmico” (2007), a principios de este año fue reconocida como una de las mejores con el Premio Extraordinario de Doctorado.
El proyecto se trata de un desarrollador de nuevo acero que generalmente se usa en la industria automotriz, pero esta vez, la propuesta fue que fuera utilizado para equipos pesados, llámese grúas, tractores, etc. Es un acero de alta resistencia denominado Dual Phase (DP), por explicarlo en los términos más sencillos.
Esta propuesta la asumió la empresa Aceralia de España, un similar en el Perú sería Sider, para que pudieran desarrollarla, y el financiamiento lo puso Caterpillar.
Panta es un docente muy activo dentro de su Facultad y ante la pregunta de a qué está abocado actualmente después de este reconocimiento tan importante, explica que viene impulsando el equipamiento de Laboratorio de Procesamiento de Metales, y a la fecha se ha agenciado de un horno de tratamiento térmico, equipo para ensayo de dureza.
El docente tiene la ambiciosa misión de montar un verdadero laboratorio; pues si alguna empresa del medio quisiera desarrollar el mismo acero con que algunas empresas españolas ya cuentan, la universidad no estaría en condiciones de hacerlo, pues existe el conocimiento, más no el equipo.
Además de lo que viene gestionando, también se ha realizado el contacto con Aceros de Perú (Acepesac) y Soldexsa, para mantener el vínculo universidad-empresa.
“Los estudiantes tienen inquietud sobre estas investigaciones, pero falta conocimiento del tema y medios de equipamiento adecuado”, comenta el profesor, además, dice convencido de que los proyectos sirven y se deben utilizar proyectados a la sociedad, esa es su misión.
“Deben solucionar algún problema técnico o científico, sino no sirven de nada, podríamos quemar un biblioteca de tesis y no pasaría nada si es que esas tesis no han sido pensadas para crear conocimiento o servir a la sociedad”, sentenció el flamante doctor.
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