En los últimos días, las ciudades peruanas de Espinar (Cusco) y Cajamarca, son escenarios de conflictos sociales que enfrentan a las comunidades andinas contra la gran minería. En Espinar, tras diez días de huelga general indefinida, el saldo no puede ser más nefasto: dos personas muertas y cientos de heridas y detenidas. En Cajamarca, el pueblo inició el 31 de mayo una huelga regional indefinida, signada por la presencia de fuerzas militares y policiales y el temor a una violenta represión. Las medidas de lucha en ambas zonas de los andes peruanos, reclaman el respeto a los derechos humanos, a la madre tierra y a la decisión de los pueblos sobre su propio destino. Ambas poblaciones son zonas de explotación minera y las operadoras son grandes multinacionales que vienen operando desde hace años, casi treinta en Espinar y casi veinte en Cajamarca. Ante esto diversos colectivos y organizaciones decimos:
· Exhortamos al diálogo entre las partes, como única vía de solución pacífica de los conflictos. El diálogo y la no violencia deben regir la solución de los conflictos.
· Pedimos al gobierno de O. Humala, el levantamiento del estado de emergencia en Espinar, el cese de la violenta represión policial y la atención a las víctimas; así como la investigación y sanción a quienes sean responsables de tan condenables actuaciones. Además el cese de hostilidades hacia los dirigentes y autoridades y la liberación de las personas detenidas, entre las que se encuentra el Alcalde Provincial Oscar Mollohuanca. Ni una víctima más por las protestas sociales. El estado debe estar al servicio de la ciudadanía y no contra ella, ni respaldando a las grandes empresas. Basta ya de criminalizar la protesta social.
· Exigimos a minera Xstrata Tintaya, que cumpla con sus compromisos ambientales y sociales, que repare los daños ambientales y sociales ocasionados y que dialogue con la población. Xstrata debe entender que la población de Espinar tiene derecho a decidir lo que se hace en su territorio. Asimismo, exigimos a Minera Yanacocha (Cajamarca), que cese en su intento de llevar a cabo el proyecto Minas Conga, que no utilice la pobreza de la población, a la que quiere comprar con burdos regalos. El pueblo cajamarquino ha sido claro: ¡CONGA NO VA!
· Pedimos a un sector de la prensa peruana, que informe con veracidad las justas protestas y propuestas de los pueblos de Espinar y de Cajamarca. Los pobladores no son violentistas, sólo defienden el agua y la vida. Son pueblos pacíficos, pero se indignan ante la prepotencia y el abuso y tienen derecho a expresar esa indignación.
· Llamamos a la comunidad internacional, a los organismos de derechos humanos y a los líderes de opinión, a estar alertas y vigilantes para detener un baño de sangre inminente, donde los más perjudicados, como siempre, serán las capas más pobres de la sociedad peruana.
Madrid, 31 de Mayo de 2012.
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