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“La Constitución de 1979 es el primer y único contrato social peruano”
La Carta Magna de 1979 es la descripción más genuina y clara de más de 80 años de vida política en el Perú, que recoge el contenido ideológico de las diversas posiciones políticas que imperaban hacia fines del siglo XIX en el país, y que participaron directamente en la Asamblea Constituyente.
Recuerda Constante Traverso Flores que cuando trabajaba para el noticiero El Mundo en la Noticia de Radio Nacional-Filial Trujillo en 1978-79, cubrió el desarrollo de la Asamblea Constituyente.
Un día de noviembre de fines de 1978, Traverso tenía la comisión de entrevistar a Víctor Raúl Haya de la Torre, y utilizando los medios formales casi le fue imposible. Desanimado, recorrió los pasillos del recinto donde funcionaba la Cámara de Diputados, y se encontró con Luis Negreiros, a quien había entrevistado en infinidad de oportunidades en la radio trujillana. Negreiros, sin ningún preámbulo, abrió la puerta del despacho del Presidente de la Asamblea Constituyente y lo llevó hasta Haya de la Torre que despachaba en un gran escritorio. Víctor Raúl, levantó la vista y le extendió la mano, mientras Negreiros hacia la presentación del caso.
A Víctor Raúl Haya de la Torre se le notaba agotado. Traverso formuló una y otra pregunta, pero Haya no respondía… En cambio, el líder aprista preguntó: ¿Cómo está tu padre? Traverso le informó que había fallecido. Haya levantó la mirada y comentó: “Su padre fue un gran diplomático, estudioso de la arqueología norteña y, la familia Haya de la Torre siempre le estará agradecida por haber trasladado a mi madre, doña Zoila de la Torre a Lima, para dejarla al cuidado de mi hermano Cucho, mientras yo estaba exilado en la Embajada de Colombia”.
Al terminar la conversación, Traverso agradeció y le pidió un mensaje al pueblo trujillano. Nuevamente Víctor Raúl Haya de la Torre se acomodó en su sillón y dijo: “Al revolucionario pueblo trujillano, a Trujillo, cuna y tumba del APRA, mi saludo eterno”.
Al retirase, Traverso no escuchó el comentario de Luis Negreiros. Su mente regresó al 18 de junio de 1978, cuando desde la puerta del Congreso escuchó el ulular de las “sirenas” que abrían paso al vehículo que trasladaba a Haya, y la banda del Ejército Peruano entonaba la Marcha de Banderas, al paso del Jefe del Apra, mientras una multitud aplaudía y gritaba con una alegría desbordante.
EL TIEMPO
33 años después de ese hecho, Constante Traverso Flores ha escrito el libro “Los Peruanos, La Historia de la Exclusión Social en el Perú”, que lo presentará el 11 de agosto, a las 11 de la mañana, en el Paraninfo de la Universidad Nacional de Trujillo, y que en la página 410 dice al respecto:
“El preámbulo de la Constitución, promulgada el 12 de julio de 1979, es la descripción más genuina y clara de más de 80 años de vida política en el Perú. Esas cortas y precisas frases, encierran el contenido ideológico de las diversas posiciones políticas, que se habían gestado en nuestro país, hacia fines del siglo XIX.
Reflejan el estado de ánimo y conciencia colectiva de un país que estaba decidido a encarar sus problemas.
Es el testimonio más claro y preciso de la evolución social del pueblo peruano. Rescata nuestros orígenes autónomos, la luchas de liberación, como la gesta de Túpac Amaru y la fundación de la República. Zanja con claridad con los modelos imperialistas que subordinan a los países del tercer mundo, y marca la decisión integracionista del Perú con las demás naciones de América del Sur”.
En la Asamblea Constituyente de 1979 hubo un rico debate ideológico y político. Estuvieron presentes las más importantes ideologías de nuestra civilización: La Social Democracia con el APRA, el Social Cristianismo, representado por la Democracia Cristiana y el Partido Popular Cristiano, la Izquierda Peruana por el PCP que pertenecía a la III Internacional Comunista orientada por el Partido Comunista Soviético, la Izquierda Nacional con la UDP; el FOCEP que albergaba diferentes posiciones entre ellas el trotskismo, y también habían constituyentes maoístas y de la mini tendencia conocida como Albanesa. Estaba presente el nacionalismo regional, y la izquierda cristiana no marxista.
La vieja oligarquía nacional tuvo cuatro representantes. Dos pertenecían al MDP que era la continuación en extinción del pradismo, y dos del Partido Unión Nacional que representaba al odriísmo.
Este gran proceso histórico, de luchas, revoluciones, y debates ideológicos, culmina en la Constitución de 1979, razón por la cual representa el único y legitimo Contrato Social Peruano, sostiene con firmeza Constante Traverso Flores.
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