*** Este sábado 16 de marzo, se realizará el desfile cívico escolar en la Plaza de Armas de Santiago de Chuco
Pedro Sánchez Salazar
(RRPP/UGEL-SCH)
La Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) de
Santiago de Chuco, estará presente en el
desfile cívico escolar en el marco de los LXXI años del nacimiento de nuestro
vate universal “César Abraham Vallejo
Mendoza”, que se realizará este sábado 16 de marzo del año en curso, en la
Plaza de Armas de la ciudad de Santiago
de Chuco.
Como es de conocimiento público este sábado 16 de
marzo, se celebra un año más del nacimiento de uno de los poetas más ilustres
del mundo, como lo fue César
Vallejo Mendoza y es por ese motivo para rendirle un merecido homenaje, la
Municipalidad Provincial de Santiago de Chuco, hace extensiva la invitación a
todas las instituciones públicas, y privadas, así como a las Instituciones
Educativas, padres de familia, alumnados en general para que participen en este
evento cívico que se iniciará a partir
de las 9:00 a.m. en la plaza de la ciudad santiaguina, cuna del vate.
La delegación de la UGEL estará liderada por el Prof.
Marcial Hipólito Quispe Salvatierra, Director de la Institución, quien estará
acompañado por un grupo de funcionarios para rendirle tributo al poeta
universal.
Homenaje a Vallejo
César Abraham Vallejo Mendoza nació en Santiago de
Chuco en 1892, Sus padres fueron Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de
los Santos Mendoza Gurrionero. Fue el menor de once hermanos. Su apariencia
mestiza se debió a que sus abuelas fueron indígenas y sus abuelos gallegos. Era
un “hombre muy moreno, con nariz de boxeador y gomina en el pelo”, según
recordó César González Ruano, en una entrevista publicada en el Heraldo de
Madrid, el 27 de enero de 1931. Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo
que él en su primera infancia aceptó de muy buena gana; de ahí que existan
tantas referencias bíblicas y litúrgicas en sus primeros versos. Sus estudios
primarios los realizó en el Centro Escolar Nº 271 del mismo Santiago de Chuco,
pero desde abril de 1905 hasta 1909 estudió la secundaria en el Colegio
Nacional San Nicolás de Huamachuco. En 1910 se matricula en la Facultad de
Letras de la Universidad Nacional de Trujillo, pero debido a la carencia
económica retorna a su pueblo, con el propósito de trabajar y ahorrar para
continuar luego sus estudios. Apoya a su padre en sus tareas administrativas de
gobernador y toma contacto con la realidad de los trabajadores de las minas de
Quiruvilca, cerca de Santiago de Chuco, lo que recordará más adelante en su
novela El tungsteno. En 1911 viaja a Lima para matricularse en la Facultad de
Medicina de San Fernando, pero nuevamente abandona el claustro universitario
por razones económicas o tal vez por desilusionarse de dicha carrera. Consigue
un empleo de preceptor de los hijos de un rico hacendado de Acobamba (departamento
de Junín, sierra central peruana), trabajo en el que permanece durante siete
meses. Luego regresa a Trujillo, y en 1912 consigue un modesto empleo como
ayudante de cajero en la hacienda azucarera “Roma”, en el valle de Chicama,
donde fue testigo de la cruel explotación de los peones indios. Vallejo fue considerado
entre los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX. Fue, en opinión
del crítico Thomas Merton, "el más grande poeta universal después de
Dante". Publicó en Lima sus dos primeros poemarios: Los heraldos negros
(1918), que reúne poesías que si bien en el aspecto formal son todavía de
filiación modernista, constituyen a la vez el comienzo de la búsqueda de una
diferenciación expresiva; y Trilce (1922), obra que significa ya la creación de
un lenguaje poético muy personal, coincidiendo con la irrupción del
vanguardismo a nivel mundial. En 1923 dio a la prensa su primera obra
narrativa: Escalas, colección de estampas y relatos, algunos ya vanguardistas.
Ese mismo año partió hacia Europa, para no volver más a su patria. Hasta su
muerte residió mayormente en París, con algunas breves estancias en Madrid y en
otras ciudades europeas en las que estuvo de paso. Vivió del periodismo2
complementado con trabajos de traducción y docencia. En esta última etapa de su
vida no publicó libros de poesía, aunque escribió una serie de poemas que
aparecerían póstumamente. Publicó en cambio, libros en prosa: la novela
proletaria o indigenista El tungsteno (Madrid, 1931) y el libro de crónicas
Rusia en 1931 (Madrid, 1931). Por entonces escribió también su más famoso
cuento, Paco Yunque, que fue publicado años después de su muerte. Sus poemas
póstumos fueron agrupados en dos poemarios: Poemas humanos y España, aparta de
mí este cáliz, publicados en 1939 gracias al empeño de su viuda, Georgette
Vallejo. La poesía reunida en estos últimos poemarios es de corte social, con
esporádicos temas de posición ideológica y profundamente humanos. Para muchos
críticos, los “poemas humanos” constituyen lo mejor de su producción poética,
que lo han hecho merecedor del calificativo de “poeta universal”.
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