sábado, 16 de marzo de 2013

UGEL de Santiago de Chuco presente en el natalicio del vate Cesar Vallejo




***  Este sábado 16 de marzo, se realizará  el desfile cívico escolar  en la Plaza de Armas de Santiago de Chuco

Pedro Sánchez Salazar (RRPP/UGEL-SCH)

La Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) de Santiago de Chuco, estará presente  en el desfile cívico escolar en el marco de los LXXI años del nacimiento de nuestro vate universal “César Abraham Vallejo Mendoza”, que se realizará este sábado 16 de marzo del año en curso, en la Plaza de Armas de  la ciudad de Santiago de Chuco.
 
Como es de conocimiento público este sábado 16 de marzo, se celebra un año más del nacimiento de uno de los poetas más ilustres del mundo,  como lo fue César Vallejo  Mendoza y es por ese motivo  para rendirle un merecido homenaje, la Municipalidad Provincial de Santiago de Chuco, hace extensiva la invitación a todas las instituciones públicas, y privadas, así como a las Instituciones Educativas, padres de familia, alumnados en general para que participen en este evento cívico que se  iniciará a partir de las 9:00 a.m. en la plaza de la ciudad santiaguina, cuna del vate.
La delegación de la UGEL estará liderada por el Prof. Marcial Hipólito Quispe Salvatierra, Director de la Institución, quien estará acompañado por un grupo de funcionarios para rendirle tributo al poeta universal.

Homenaje a Vallejo

César Abraham Vallejo Mendoza nació en Santiago de Chuco en 1892, Sus padres fueron Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero. Fue el menor de once hermanos. Su apariencia mestiza se debió a que sus abuelas fueron indígenas y sus abuelos gallegos. Era un “hombre muy moreno, con nariz de boxeador y gomina en el pelo”, según recordó César González Ruano, en una entrevista publicada en el Heraldo de Madrid, el 27 de enero de 1931. Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia aceptó de muy buena gana; de ahí que existan tantas referencias bíblicas y litúrgicas en sus primeros versos. Sus estudios primarios los realizó en el Centro Escolar Nº 271 del mismo Santiago de Chuco, pero desde abril de 1905 hasta 1909 estudió la secundaria en el Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco. En 1910 se matricula en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo, pero debido a la carencia económica retorna a su pueblo, con el propósito de trabajar y ahorrar para continuar luego sus estudios. Apoya a su padre en sus tareas administrativas de gobernador y toma contacto con la realidad de los trabajadores de las minas de Quiruvilca, cerca de Santiago de Chuco, lo que recordará más adelante en su novela El tungsteno. En 1911 viaja a Lima para matricularse en la Facultad de Medicina de San Fernando, pero nuevamente abandona el claustro universitario por razones económicas o tal vez por desilusionarse de dicha carrera. Consigue un empleo de preceptor de los hijos de un rico hacendado de Acobamba (departamento de Junín, sierra central peruana), trabajo en el que permanece durante siete meses. Luego regresa a Trujillo, y en 1912 consigue un modesto empleo como ayudante de cajero en la hacienda azucarera “Roma”, en el valle de Chicama, donde fue testigo de la cruel explotación de los peones indios. Vallejo fue considerado entre los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX. Fue, en opinión del crítico Thomas Merton, "el más grande poeta universal después de Dante". Publicó en Lima sus dos primeros poemarios: Los heraldos negros (1918), que reúne poesías que si bien en el aspecto formal son todavía de filiación modernista, constituyen a la vez el comienzo de la búsqueda de una diferenciación expresiva; y Trilce (1922), obra que significa ya la creación de un lenguaje poético muy personal, coincidiendo con la irrupción del vanguardismo a nivel mundial. En 1923 dio a la prensa su primera obra narrativa: Escalas, colección de estampas y relatos, algunos ya vanguardistas. Ese mismo año partió hacia Europa, para no volver más a su patria. Hasta su muerte residió mayormente en París, con algunas breves estancias en Madrid y en otras ciudades europeas en las que estuvo de paso. Vivió del periodismo2 complementado con trabajos de traducción y docencia. En esta última etapa de su vida no publicó libros de poesía, aunque escribió una serie de poemas que aparecerían póstumamente. Publicó en cambio, libros en prosa: la novela proletaria o indigenista El tungsteno (Madrid, 1931) y el libro de crónicas Rusia en 1931 (Madrid, 1931). Por entonces escribió también su más famoso cuento, Paco Yunque, que fue publicado años después de su muerte. Sus poemas póstumos fueron agrupados en dos poemarios: Poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz, publicados en 1939 gracias al empeño de su viuda, Georgette Vallejo. La poesía reunida en estos últimos poemarios es de corte social, con esporádicos temas de posición ideológica y profundamente humanos. Para muchos críticos, los “poemas humanos” constituyen lo mejor de su producción poética, que lo han hecho merecedor del calificativo de “poeta universal”.

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